La ley se aprobó. Ahora están todos los sellos puestos para que los médicos prescriban por el nombre de la droga y si lo consideran necesario agreguen el nombre comercial del medicamento.

Quienes participan del negocio farmacéutico están en contra de esta ley. “Por supuesto que estamos de acuerdo con una ley de genéricos, pero no en estas condiciones, en la que no se garantiza desde los organismos de regulación que un medicamento sea exactamente igual a otro”, dijo a Infobae Enrique Rivas, de Pfizer.

Los minoristas y las droguerías tampoco están de acuerdo con la ley. Aunque ninguno se anima a hablar en voz alta. Sucede que aunque los laboratorios están haciendo lobby en contra de las farmacias, porque es el lugar donde se intercambian los medicamentos, a los retailers tampoco les resulta agradable esta movida, ya que los medicamentos que dieron en llamarse genéricos en la Argentina son de muy bajo precio y les quitan rentabilidad a las farmacias. Por ese motivo, nadie que conozca a fondo por dónde pasan los hilos en este sector está de acuerdo con la ley tal como se aprobó.

Algunos analistas afirman que la industria empezó a mirar con otros ojos a las farmacias ante la evidencia de que hoy “la lapicera es compartida”. Por eso, “muchos laboratorios que antes no bajaban a los puntos de venta ahora los toman muy en cuenta”, dijo un retailer de primera línea. Roche es uno de los que primero reaccionó. Desde hace un mes puso en marcha un programa de capacitación para más de 400 empleados de farmacias de Capital y el conurbano. Es un training que se denomina “Farmacia Activa” y apunta a posicionarse entre quienes están todos los días en el frente de batalla.

Frank Gutiérrez, gerente general de Merck Sharp & Dohme, dijo estar “de acuerdo con una ley de genéricos, pero en la Argentina no se garantiza la intercambiabilidad de los productos. El farmacéutico no puede ser el responsable de realizar esos cambios, porque el paciente no tendrá los mismos resultados”.

Sin embargo, en los Estados Unidos, donde Merck tiene su casa matriz, son los farmacéuticos quienes cambian una marca por otra. Claro que en ese país se denominan genéricos a los productos exactamente iguales a los originales y en ese marco cualquier intercambio es totalmente seguro.

Miguel Bernabeu, el número uno de Novartis Argentina, no está en contra de los genéricos, aunque afirma que son adecuados para una capa de la población que tiene recursos para acceder a una medicina buena, pero más barata. “Los genéricos no son los más adecuados para aquellos sectores que quieren acceder a una medicina más innovadora”, agregó.

Juan Craveri, gerente general de laboratorios Craveri, fue muy claro al argumentar: “Podés cambiar un dulce de leche SanCor por uno Gándara, pero esta rutina no puede darse en el marco de los medicamentos”. El nudo del problema, según el ejecutivo, pasa por aquellos que producen en lugares que no están en condiciones, donde no hay control de nivel de contaminación y tampoco se conoce el origen de los componentes utilizados. Aunque la clave de este punto pasará porque en el futuro los consumidores puedan apreciar la diferencia.

Por Cristina Kroll

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