El mercado local de perfumes top fabricados en el exterior fue sacudido por la devaluación al punto de haber disminuido drásticamente el volumen de unidades vendidas en las boutiques.

“Ya pasó la gloria de Calvin”, dicen los perfumistas locales de los principales puntos de venta que comercializan marcas top, que sitúan el pico de CK allá por 1995. Claro que hay que agregar que el mercado local se vio fuertemente transformado después de la devaluación con el repliegue de muchas marcas.

En realidad, ya pasó la gloria para varios. En total, las compañías reportan que durante el primer semestre la caída del mercado de fragancias selectivas fue de 60% en unidades y 40% en pesos. Y a pesar de este bajón, los grandes jugadores, como los franceses, siguen con la estrategia de poner nuevas marcas en la calle.

Incluso, a nivel internacional, Unilever habría encargado a Morgan Stanley la preparación y la posterior negociación de venta de su aromática división. Espera recaudar entre u$s714 millones y u$s1.020 millones. Entre los aspirantes estarían Procter & Gamble, Esteé Lauder y L´Oréal. En esta época, Unilever pretende reducir de manera drástica el número de sus marcas, que en la actualidad son más de cuatrocientas.

Eduardo Dosisto, de la cadena de farmacias R/P, que tradicionalmente privilegió el segmento de perfumes, afirmó que la venta está atada a la demanda del turismo. En su local de la peatonal Lavalle. Los perfumes generan 80% de la facturación, mientras que en los de barrio llegan a 10 por ciento.

Todas las fuentes coinciden en que los clientes tradicionales de perfumes los siguen demandando. Pero está disminuyendo el volumen de unidades. Una fragancia de 100 cm3 se ubica en u$s100, por lo cual “el deme dos quedó en el olvido”. Dosisto agregó otro dato no menor: antes los perfumes se compraban con tarjeta de crédito y a cuatro cuotas. Como ahora hay que comprar todo cash, la demanda cayó sensiblemente a raíz de esta barrera.

Pero la falta de crédito no sólo afectó a los puntos de venta sino también a los fabricantes. En el mercado local, hasta el año pasado Calvin Klein estaba en manos de un distribuidor criollo: Alakaluf. Fue uno de los primeros en bajarse del negocio después de diciembre.

La marca CK la tomó Diffupar, que también tiene en su cartera a Orlane, Azaro y Ted Lapidus.

Otra de las movidas en la cosmética vino por el lado de Esteé Lauder, que comenzó a achicar su negocio para ir desapareciendo del mercado. Y la cosa no termina ahí: Color S.A, importadora de Elizabeth Arden, cortó los despachos. Aunque hay un dato llamativo. Cualquiera que mire la vidriera de los locales de las perfumerías Mc´Dany las verá empapeladas con la marca. Sucede que Carlos Wainstein, el número uno de Color S.A se hizo cargo de la cadena y del stock del artículo.

Wainstein, quien además preside la Cámara Argentina de la Industria de Cosmética y Perfumería -CAPA-, tiene en su portafolio al resto de las marcas de Unilever: Karl Lagerfeld, Cerruti y Valentino.

En la Argentina, el Grupo LVMH tiene 35% del share, L´Oréal, 29%; Fragancias, 15% y Diffupar, 14% de mercado.

El resto se reparte entre Greta, Color, Coty, Sena y Revlon. Pero como ningún perfume top se produce en Argentina, las multis que tienen filial local corren con ventaja.

Por Cristina Kroll

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