Un nuevo caso que pone en vilo al laboratorio GSK saltó a la escena internacional después de que el gobierno chino pusiera al laboratorio británico entre las cuerdas.

En esta oportunidad se trata de sospechas de sobornos a médicos, hospitales, funcionarios de gobierno, y otros. No es la primera vez que la compañía de origen británico tiene que afrontar denuncias de este tipo.

En la Argentina, la firma estuvo sobre la escena pública y mediática en enero de 2012 debido a irregularidades cometidas durante los ensayos clínicos realizados para la aprobación de la vacuna pediátrica Synflorix en el país. Ver artículo.

Por este caso, la compañía se vio compelida a pagar $1 millón (u$s 180 mill) Ver artículo.

Pharmabiz le solicitó al periodista británico Joseph Foley, un artículo que describa el tratamiento que le dieron los medios ingleses al caso GSK en su país de origen.

Resumen de medios británicos por Joseph Foley

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Las acusaciones de corrupción contra la empresa británica GlaxoSmithKline en China tienen a la prensa británica en vilo mientras los periódicos siguen las novedades del caso con una mezcla de asombro y comprensión.

El diario The Telegraph fue uno de los primeros en dar la noticia. Su corresponsal en Shanghai Malcolm Moore cubrió la historia en China y consiguió grabar una rueda de prensa insólita ofrecida por Gao Feng, el jefe del equipo del Ministerio de Seguridad Pública que investiga delitos económicos.

Debajo del título ‘Acusan a GSK de comportarse como un ‘padrino criminal’ en China’ Moore detalló el alcance de las acusaciones contra GSK que, según China, repartió más de 3,000 millones de yuanes (u$s 489 millones) en sobornos, y señaló que, los números representarían una proporción importante de los ingresos anuales por ventas en China. Ver Artículo.

Moore destacó también que las acusaciones contra GSK incluyeron favores sexuales además de incentivos económicos y explicó cómo funcionaba el presunto sistema de sobornos. El mismo incluyó 700 intermediarios y agencias de viajes.

Gao fue contundente: “como en una organización criminal, siempre hay un jefe. En este juego, GSK es el padrino.”

Los otros medios de comunicación pronto citaron las mismas palabras de Gao. The Guardian llevó el tema no sólo a la sección de negocios sino también a su página web principal, la página de noticias más leída en el país.

En un artículo que tituló ‘GlaxoSmithKline ‘el gran jefe’ en escándalo de corrupción por £300m, dice China’, el periodista Rupert Neate agregó una defensa por parte de GSK en la que la empresa se muestra “decepcionada por las serias acusaciones de fraude’. Ver artículo.

The Independent siguió con la noticia acerca de que el vicepresidente de operaciones de GSK en China, Liang Hong, había admitido en la televisión estatal que la empresa pagaba sobornos. En la sección de negocios, Lucy Tobin escribió el artículo «El director de Glaxo confiesa en juicio por televisión». Ver artículo.

Mientras tanto, el prestigioso periódico económico, The Financial Times dio la noticia sobre la salida del jefe de operaciones de GSK en China bajo el título ‘GSK sustituye jefe de operaciones en China’. Ver artículo.

Los periodistas Andrew Jack y Jamil Anderlini anunciaron que la empresa reemplazó a Mark Reilly por Hervé Gisserot, uno de los altos directores de GSK en Europa.

Destacaron que Reilly iba a “seguir ayudando a la empresa a manejar su propia investigación sobre el escándalo desde Londres.”

En The Telegraph, Denise Roland publicó un artículo titulado «Una pastilla amarga para Glaxo en China’. Ver artículo.

Remarcó que la empresa no sabía que quedaba bajo investigación en China hasta que la policía allanó sus oficinas en Shanghai a finales de junio.

La periodista comparó el escándalo con un tsunami que “empezó con apenas unas pequeñas olas”, con la demanda de información sobre políticas de precios por parte de las autoridades chinas en febrero.

Propuso que la verdadera razón por la que se enfocaron en GSK fue por la desesperación de Beijing por controlar los precios de medicamentos y vacunas para garantizar asistencia médica para toda su población.

Mientras tanto, Duncan Innes-Ker, en un análisis para la BBC que llevó el título ‘Por qué China investiga a GSK?’ sostuvo que la motivación por la investigación de GSK no fue sólo por la necesidad de reducir gastos en medicinas sino que es parte también de un “cambio de cultura” en la política China, haciendo hincapié en que el nuevo presidente del país, Xi Jinping, había lanzado una “campaña de alto perfil contra la corrupción y el derroche».

Subrayó que “empresas extranjeras en China necesitan tener en cuenta a largo plazo que las zonas grises en las que muchas empresas funcionan poco a poco iban a cerrarse a medida que el gobierno hiciese cumplir mejor la gobernanza corporativa”.

Ben Chu, editor de economía en The Independent coincidió en un artículo que tituló «Corrupción china puede resultarle nociva para la salud». Ver artículo.

Señaló que la corrupción era algo difícil de evitar en el país asiático, indicando que los médicos ganaban sueldos bajos en comparación con el Reino Unido y buscaron aumentarlos de alguna manera.

Dijo que las nuevas medidas del gobierno afectaron tanto a empresas chinas como a empresas extranjeras, aunque en el caso de las empresas locales lograron disimular la corrupción ya que no les hacía falta usar intermediarios.

Últimamente los periódicos británicos se tranquilizaron con la noticia de que había empresas de otros países también relacionadas con en el escándalo: The Telegraph dio la novedad de que la empresa francesa Sanofi era objeto de investigación.

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Bilingual Version

GSK in the limelight over bribery allegations

Pharmaceutical company GSK is on tenterhooks after the Chinese  government accused it of being behind a massive corruption scandal.

It is suspected of paying bribes to doctors, hospitals and bureaucrats, among others.

It is not the first time the British company has faced such  allegations. In Argentina, the firm was thrust into the public and media spotlight in 2012 due to irregularities in clinical trials carried out to test the pediatric vaccine Synflorix, resulting in the company paying u$s 180 mill in fines. See article.   See article.

Pharmabiz commissioned British journalist Joseph Foley to compile an article describing how the media have treated the latest case against  GSK at home in the UK.

British media summary by Joseph Foley

joseph-foleyGlaxoSmithKline’s Chinese corruption crisis made waves in the British press, the principal broadsheets following the developments with a mix of scandal and sympathy.

The Telegraph was one of the first to latch on to the story, its Shanghai correspondent Malcolm Moore following developments tenaciously on the Chinese side and recording a rare press briefing by Gao Feng, head of the economic crimes investigation unit at the Ministry of Public Security.

In an article headlined ‘GlaxoSmithKline accused of ‘criminal godfather’ behaviour in China’, Moore detailed the magnitude of the allegations against GSK, accused of handing out more than 3billion yuan (u$s 489 million) in bribes, and pointed out that, the sum would represent a significant proportion of GSK’s annual Chinese sales revenue. See article.

Moore highlighted Gao’s allegations that bribes included sexual favors as well as financial incentives and detailed the mechanism allegedly used, involving 700 middlemen and travel agencies.

Gao said “like a criminal organization, there is always a boss. In this game, GSK is the godfather.”

Moore’s recording was subsequently quoted throughout the mainstream press with The Guardian running the story not only on its business pages but also in a prominent position on its homepage, the most widely read in the UK.

Under the headline ‘GlaxoSmithKline ‘the big boss’ in £300m bribery scandal, China say’, Rupert Neate included a strong defense from GSK, in which the company said it was “deeply disappointed by these serious allegations of fraudulent behavior». See article.

The Independent followed up with the story that GSK vice-president of operations Liang Hong had confessed on Chinese television. Lucy Tobin´s article  «Glaxo boss confesses in Chinese trial by television» appeared in the business section of the newspaper. See article.

The Financial Times meanwhile carried the news that GSK had removed of its head of operations in China, under the headline ‘GSK replaces head of China operations’. Reporters Andrew Jack and Jamil Anderlini revealed that Mark Reilly, who had already left China, had been replaced by Hervé Gisserot, one of GSK’s top European managers. See article.

They stressed that Reilly was to “continue to assist in handling the company’s own investigation into the scandal from London”.

Telegraph business reporter Denise Roland, in a comment piece entitled ‘A bitter pill for Glaxo in China’, argued that Glaxo had not known it was under criminal investigation until police stormed its Shanghai offices in June. See article.

She compared the scandal to a tidal wave that “started with just a few ripples”, namely Chinese authorities’ demands for information on pricing practices back in February.

Roland suggested that the real reason GSK had been targeted was that Beijing was desperate to control drug and vaccine prices as it tried to guarantee accessible health care for its entire population.

The BBC’s Duncan Innes-Ker meanwhile, in an analysis headlined simply ‘Why is China investigating GSK?’ argued that China was making an example of GSK not only in an attempt to control its medicine bills but also as part of a general “culture change” in Chinese politics, highlighting the fact that new Chinese leader Xi Jinping had “launched a high-profile campaign against official corruption and extravagance.”

He stressed that foreign companies operating in China needed “to be aware that in the longer run, the grey areas that so many firms operate in will gradually close down as the government enforces better corporate governance.”

The Independent’s economics editor Ben Chu concurred under the headline: ‘Chinese corruption can be bad for your health’. See article.

He argued that corruption was “hard to avoid” in China, pointing out that doctors received low salaries compared to UK standards and looked for ways to supplement their income.

He said the latest clampdown affected local as well as foreign companies but that local companies were better at hiding corruption because they did not have to use middlemen.

After all this, it was with some relief that the press learned that it was not only a British company that was under suspicion in China, The Telegraph picking up the investigation of French firm Sanofi and stressing that other firms were now taking proactive measures.

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1 COMENTARIO

  1. Son increíbles. Se la pasan hablando de transparencia, valores, visiones, etc,etc. Son igual de corruptos en todo el mundo y les venden a sus empleados una imagen inexistente. Si alguien investigara a fondo las sumas invertidas en los mismos conceptos aquí en la Argentina, el escándalo sería mayúsculo.-

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