Las clínicas y sanatorios que atienden a la seguridad social aspiran a lograr un rediseño en el sistema. Dicen que dejaron de ser prestadores para convertirse en financiadores.

Hoy el Sheraton de Retiro abrirá sus puertas para que una nueva entidad se presente en sociedad. Es la Cámara de Entidades Prestadoras de Salud -Cepsal-, una institución en la que se nuclearán el conjunto de clínicas, sanatorios, centros de diagnóstico y proveedores de insumos que desde todo el país concentran el 60% de las cápitas relacionadas con la seguridad social. La Clínica Vélez Sarsfield y el Sanatorio Antártida, el Sanatorio Güemes y el Hospital Israelita de Capital Federal, la Clínica Pasteur de Neuquén, la Clínica Modelo de Lanús y el Sanatorio Argentino de Santiago del Estero son algunas de las entidades que conforman esta gran red de salud que recibe las demandas de la mayoría de la población.

“La decisión de conformar esta cámara tiene por objetivo generar un espacio que tienda a rediscutir y rearmar el sistema de salud en la Argentina”, dio a Infobae Ricardo Moisés, presidente de la Cepsal. Y para empezar a plantear algunos tópicos, convocaron a la doctora Antonia Novello, comisionada de Salud del estado de Nueva York. La funcionaria tuvo a su cargo el operativo sanitario relativo al atentado terrorista de las Torres Gemelas y será la oradora principal en la presentación de la nueva cámara.

Todos los miembros coinciden en algunos planteos básicos, como que es indispensable seguir otorgándole una prestación al PAMI, con una cápita de $19 mensuales. En conjunto, el desembolso para la obra social más grande del país significa una suma de $230 al año para una población que tiene una tasa de uso muy significativa en todos los servicios de salud.

Al mismo tiempo, en el país hay más de 300 obras sociales y una alta fragmentación de las prestaciones. Por eso, la Cepsal cree que la concentración de los recursos sería una iniciativa que debería impulsarse. También señalan la alta cantidad de intermediarios que operan en el sistema y afirman que lo más eficiente sería que la prestación se establezca en forma directa entre las partes, porque de otra manera se quedan en el camino una importante cantidad de esfuerzos.

Aunque esta iniciativa surge en un gobierno de transición, la idea de los miembros de Cepsal es afianzarse para tomar decisiones en bloque en el mediano plazo. Es que cada una de las empresas que dirigen están con graves problemas de subsistencia. En el sector de la salud se produce un círculo vicioso: las obras sociales mantienen deudas de larga data con los prestadores, al tiempo que las clínicas y sanatorios no les cortan los servicios con el objetivo de que las cuentas puedan ser equilibradas en algún momento. Y hay otro dato clave, según Mercedes Elmeaudy, miembro de la Cepsal: la barrera de salida en el sector es de altísimo costo. Es que, en promedio, cada empresa emplea a 300 personas. Esta situación sumada a que no se puede levantar campamento de un día para otro dejando los pacientes a la deriva, implica que los prestadores muy difícilmente estén en condiciones de cambiar de rubro como podría suceder en otros segmentos de negocio.

Para reafirmar esta idea, los ejecutivos de la cámara ponen de relieve el hecho de que casi ninguna de las inversiones internacionales que se dieron en la década del 90 consideró rentable el sector de la salud. Las pocas inversiones que hubo en este nicho fueron dirigidas a empresas que ofrecían prestaciones de tipo premium y alcanzaron sólo a la crema de las prepagas top.

Con perfil saludable

La nueva cámara está conformada por prestadores que en conjunto concentran 410 mil puestos de trabajo y que tienen en el país una importante inversión en tecnología y también en recursos físicos. En conjunto, reconocen la importancia del sector público como planificador y prestador en el sistema de salud, el peso de las obras sociales en el país y el rol que representan para millones de beneficiarios.

Aunque ponen en tela de juicio las bases del sistema. En la Argentina la seguridad social se financia con los aportes provenientes de los salarios. Claro que con una masa crítica de trabajadores cada vez más ajustada, la Cepsal quiere discutir las fuentes de financiamiento del sistema y una de las perspectivas es seguir el camino de muchos países de Europa, donde la seguridad social se sostiene con el aporte proveniente de las rentas generales.

Aunque ése es sólo uno de los temas que pretenden poner en debate. Otro de los puntos significativos está relacionado con la distribución de la alta complejidad en la Argentina. Moisés aclara que en este país se da todo al revés y cita por ejemplo el caso de Gran Bretaña, donde el equipamiento de salud más sofisticado se encuentra en el ámbito público. En la Argentina, la tecnología de última generación está en manos privadas y, en conjunto, el sector aglutina el 43% de las camas que prestan servicios.

La nueva cámara afirma que quiere diferenciarse. Por eso dicen que no sólo quieren ocuparse de la defensa sectorial en cuanto a los asuntos de pagos y cobranzas. También están montando una experiencia piloto en el comedor “El Cacerolazo” de la Boca. En ese lugar están otorgando asistencia técnica al grupo de chicos que asiste a diario y haciendo eje en la prevención. Por eso, un equipo de nutricionistas está monitoreando la alimentación de los niños, al tiempo que controlan el plan de vacunación. El objetivo es que esta experiencia se multiplique a lo largo del país.

Espacio de Intercambio

Hay otras ideas que tienen en carpeta. En un mes habilitarán una línea telefónica gratuita para generar un espacio de intercambio tanto entre sus beneficiarios directos como entre aquellos que no tengan ningún tipo de cobertura. En este plan estarán integrados al Estado y a instituciones del tercer sector, brindando información y respuestas para resolver problemas. En definitiva, según los ejecutivos de esta cámara, el objetivo es descubrir en qué lugar se ubicarán las empresas de la salud en la sociedad.

Por Cristina Kroll

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