El tradicional perfume deja de producirse en Brasil. La firma también lanzó una nueva línea de cosméticos desarrollada íntegramente en el país

La devaluación marcó un antes y un después en los planes de negocio de la norteamericana Revlon en la Argentina, que decidió apuntar a la sustitución de importaciones.

En diálogo con Infobae, Andrea Raimúndez, gerenta de marketing de Revlon, afirmó que la producción local de la emblemática marca Charlie les permitió bajar significativamente el costo del producto. La empresa también se animó con otra incursión en el camino de la producción local con el lanzamiento de StreetWear, una línea de cosmética desarrollada y fabricada íntegramente en la Argentina.

El plan de nacionalización de Charlie no incluye la esencia porque se sigue importando, «lo que nos permite mantener la calidad y fragancia intacta», dijo. «Al reducir costos, logramos evitar el aumento de los precios y nos posicionamos en un nivel muy competitivo del segmento precio medio», agregó.

El Charlie compite en la franja que va de $25 a $40. Por eso, según Raimúndez, se encuentra en una excelente posición respecto de las marcas importadas que aumentaron su precios más de 100%, superando la brecha de los $50. «Así muchas mujeres que no podían acceder a su fragancia pasaron a probar Charlie, ganando nuevas consumidoras

Renovación de imagen

Las grandes marcas francesas se alejaron del bolsillo local y surgieron infinidad de imitaciones de bajo precio para salir del paso mientras se reacomodaba el mercado. Y si bien las marcas premium boom en los ’90 seguían en stock durante parte del 2002, la falta de financiamiento hizo que dejaran de ser accesibles. En la reconversión, una de las que más capitalizó esta merma fue Cannon, que desde San Luis manufactura un amplio portfolio que promedian los 15 pesos.

En la actualidad, la distribución de Charlie es masiva, se encuentra en perfumerías, farmacias y también en supermercados. Al mismo tiempo, renovó su imagen, con un packaging más moderno. «Charlie sigue siendo un clásico, elegido tanto por las jóvenes que prueban su primer perfume como por mujeres que lo usan desde que se lanzó en los ’70», dijo Raimúndez. Sin embargo, algunos analistas afirman que la marca no logró penetrar en las nuevas generaciones de consumidoras.

En el caso de los cosméticos StreetWear, se están exportando a todo Latinoamérica, al igual que Flex, Aquamarine y Cutex, que se manufacturan en diferentes centros de producción, uno de los cuales está aquí en el país. De todas maneras, la mayor parte de los productos de la división cosmética se producen en los EE.UU.

Hace poco, Revlon producía en el país Plusbelle, que había comprado en 1996. Con eso obtenía buenas ganancias, ya que es el champú más popular, que vende un promedio de 3 M de litros al mes. Pero la compañía cambió la estrategia en 1999 y comenzó a desprenderse de las marcas que no eran globales. Entonces Plusbelle, a pesar de ser un negocio muy fuerte en el país, se vendió al fondo Southern Cross, liderado por Norberto Morita, que se hacía cargo de toda la producción de Flex y de Cutex en el país.

Por Cristina Kroll

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