Roemmers salió a jugar en el terreno de venta libre. El primer paso lo dará con la salida de su producto Dorixina, que en su presentación de gel, ahora no necesita de la receta para ser comercializado en las farmacias.

La noticia es de fuerte impacto en la industria ya que la compañía siempre se movió en el sector de venta bajo receta. Por lo tanto, siempre concentró su marketing en la fuerza de su staff de visitadores médicos.

La razón del cambio es económica. Roemmers quiere participar de la jugosa facturación del mercado de remedios sin receta local, que llega a $1200 M anuales.

Lo intentará con la Dorixina, presente en el mercado hace más de 15 años y que ahora recibió autorización de los organismos sanitarios para ser vendido libremente. Y competirá con el Bayagel de Bayer, Voltarén Emulgel de Novartis y Anaflex de Bagó, todas cremas para contracturas que conforman un mercado total de $16 M de los cuales el 68% son de venta libre.

Pero no será la única incursión. La estrategia que Eduardo Macchiavello, gerente general del laboratorio, diseñó apunta a fortalecer la nueva unidad de comercialización.

Por eso, la segunda gran apuesta sería también obtener la aprobación para vender el famoso Sertal como un producto de venta libre. La razón se debe al cimbronazo que causó Boehringer Ingelheim con Buscapina como producto de venta libre. Son dos marcas populares orientadas a calmar dolencias estomacales.

«El redireccionamiento no significa desatender su cartera de prescripción, pero el laboratorio no se quiere perder la jugosa facturación del mercado de venta libre«, dijo una fuente consultada por Infobae.

Para Roemmres la medida implica negociar con su equipo de visitadores médicos que podrían sufrir una quita en sus ingresos de promoción. Sucede que ahora, la inversión no estaría tan enfocada en la visita a consultorios y apuntaría a obtener la atención directa del cliente que compra en el mostrador.

Pero Roemmers no es el único que incursionó en este terreno. También Fabop y Northia sumaron marcas a la venta de genéricos, impulsando una estrategia inusual para laboratorios que basan su posicionamiento en precios bajos y productos «standarizados». Ahora pelean con packagings llamativos para atraer al consumidor.

Por eso, las cajas amarillas de Dorixina gel tendrán nombres muy fuertes. Para pelear por seducir al consumidor. Por caso, Novartis lanzó Voltarén Emulgel, que instaló en la camiseta de Vélez Sarfield. Al mismo tiempo, Bayer lanzó Bayagel. Y casi en simultáneo, Bagó hizo lo mismo con Anaflex y Temis Lostaló con Virobron.

Por Cristina Kroll

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