Un Michael Jackson con cartílagos made in Craveri podría ser posible en el corto plazo. El laboratorio se concentrará en los mercados externos.

¿Qué perfil de clientes comprarán la nueva piel artificial?

-Los tejidos que estarán disponibles en el mercado hacia fin de año pueden ayudar a pacientes con quemaduras, también a quienes padecen enfermedades congénitas que tienen implicaciones en la piel, para escaras y en general para quienes tengan cualquier problema de cicatrización. Aunque hay varios productos. También produciremos cartílago, que puede ser útil para otro tipo de aplicaciones tales como los problemas de articulaciones relacionadas con los deportistas. Es más, para que la rodilla le quede cero kilómetro, se le podrá ofrecer cartílago cuya muestra se obtiene de su propia pierna.

¿Qué costo tendrá el producto?

-El precio todavía no está definido. Pero queremos que sea accesible porque creemos que esto no tiene sentido si no tiende a masificarse. De todas maneras, consideramos que el precio techo podría rondar los $10.000 para cada lámina de 10 centímetros. Aunque esos números serían cotizados en dólares para los mercados externos. La diferencia está dada porque de otro modo, los pacientes argentinos casi no podrían acceder a esta tecnología.

¿Dónde se venden los nuevos tejidos?

-Con las prepagas estamos armando una estrategia comercial que resultará interesante para ambas partes. Lo mismo con el sistema público, aunque se está haciendo muy difícil por el default. Para la prepaga será un buen negocio, porque le estaremos ofreciendo un producto con mucho valor agregado que tendrá una diferencia de precio sustancial si se la compara con los internacionales. Además, ambos sistemas evitarían sobrecostos por días de internación. Sucede que si hay un quemado grave y no se tiene piel disponible, se necesita un equipo de especialistas que lo esté monitoreando permanentemente. Con nuestras aplicaciones, estos costos se reducirán notablemente.

¿Quiénes son sus competidores a nivel mundial?

-Hay cada vez más compañías que se están dedicando a este negocio. Ya comienza a visualizarse un alto registro de patentes y el primer producto aprobado fue Apligraf de Organogénesis, cuyos derechos de marketing internacional están en manos de Novartis. En el 2006 se estima que el mercado potencial para tejidos será de u$s80 mil millones. En esta época se está trabajando para crear hígados y corazones. La idea es que en un futuro, con los bancos de piel, se eviten las clásicas listas de espera de donantes. En esos casos, situaciones masivas como la que en la Argentina sucedió con LAPA podrían ser inmediatamente resueltas.

¿Inversión?

-Las normas de calidad exigen plantas separadas para fabricar y diferenciar los que son medicamentos de otro tipo de productos. Por lo cual tenemos una única planta en la que en poco tiempo operarían tres laboratorios. Aunque todavía no cerramos las cuentas, la inversión podría considerarse de u$s4 millones.

¿La empresa buscará especialización o apuntará a la diversificación?

-Seguiremos con todos. Farma es la base. De otra manera no hubiéramos tenido el respaldo para hacer ingeniería. El objetivo es diversificar y no depender exclusivamente de farma. Y encima estamos en la cresta de la ola, porque es una ingeniería totalmente nueva, con el agregado de que es el único desarrollo de este tipo que existe en América latina. El porcentaje de nuestras ventas hoy es 100% farma y a mediados del año próximo esperamos alcanzar 10 o 20% para los productos de ingeniería. Luego, en el mediano plazo, la ingeniería superará ampliamente a los productos de farma, porque es un producto muy exportable.

Por Cristina Kroll

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