En este 2025 en que las plantas de manufactura farma estuvieron bajo la lupa y tras el caso fentanilo, ahora los nacionales de Bioprofarma Bagó cortaron las cintas de su flamante planta productiva. La misma está situada en el barrio porteño de Flores y para elaborar productos terminados basados en activos citostáticos y hormonales de alta dosis utilizados en oncología. Todo demandó una inversión cercana a los u$s 10 M.
Las inversiones en el área de manufactura dieron un paso adelante y tras la saga de inspecciones y la nueva mirada de la ANMAT tras el caso fentanilo.
Y en ese marco surgió una nueva unidad productiva en la Argentina, la que se suma al amplio entramado industrial del sector. La flamante fábrica lleva el sello del laboratorio nacional Bioprofarma Bagó y en total esta iniciativa demandó un desembolso cercano a los u$s 10 millones.
Dicha planta se levantó en el barrio porteño de Flores, sobre Terrada al 1200, en la misma sede donde antes la compañía encabezada por Leonardo Fernández tenía operativo su laboratorio de control de calidad. De modo que a partir de esta decisión estratégica que tuvo su punto de arranque en el año 2019, toda la operación quedó unificada, y enfocada en la fabricación de productos terminados basados en principios activos citostáticos y hormonales de alta dosis utilizados en el campo de la oncología.
Así, con esta mega inversión, la empresa gana independencia productiva, ya que al momento se apoyaba exclusivamente en el tercerismo. En su seno se realizarán los sólidos e inyectables que representan el 90% del portafolio actual. Y apenas el 10% restante, se elaborarán con terceros, y en plantas de medicamentos generales.
Su nueva instalación, según pudo saber Pharmabiz, está conformada por seis niveles donde se distribuyen de manera integrada las áreas de producción, control de calidad, servicios técnicos y soporte.
Ahora, en el site equipado con tecnología de última generación es posible elaborar una amplia gama de formas farmacéuticas: comprimidos, comprimidos recubiertos, cápsulas duras y medicamentos inyectables estériles tanto en formato de soluciones como de liofilizados. Toda la operación quedó bajo las riendas de Pablo Contino, quien forma parte de la compañía desde hace casi 20 años, y de la corporación Bagó desde hace casi tres décadas. El que lo secunda es Fernando Angelino, quien integra la compañía hace 15 años.
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