La obra pública mantiene su inercia y vuelve a mover el tablero empresario. En paralelo, la demanda de dólares se enfría tras las elecciones y el Gobierno avanza con la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina.
En la Argentina, la obra pública no descansa: cambia de signo político, muta de nombre, ajusta modalidades, pero conserva una matriz estable. Según indica Diego Cabot en La Nación, el Estado licita, las empresas ofertan y los protagonistas vuelven a escribirse en los expedientes. En tanto, se abrieron los sobres económicos de las licitaciones para los corredores viales de las rutas 12 y 14 —la llamada Ruta del Mercosur— y el resultado muestra nombres habituales y esquemas relativamente usados en la historia reciente. Ver La Nación
Asimismo, y si bien todavía no hay cifras oficiales, tanto en bancos como en Alycs aseguran que la demanda de dólares tuvo una caída sustancial tras la victoria del gobierno en las recientes elecciones legislativas. Detalla Pablo Wende en Infobae que el retroceso del tipo de cambio, con el dólar oficial que bajó de $1.500 a $1.475 en un contexto de reducida oferta de divisas, no hizo más que confirmar esta tendencia. Ver Infobae
En esa línea, el reciente resultado positivo obtenido por el oficialismo en las urnas volvió a activar la motosierra. A través de la resolución 1751 se puso en marcha el proceso de privatización de la empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A., la estatal que tiene a su cargo la operación de las centrales nucleares que posee la Argentina. Según Patricio Eleisegui en IProfesional, la decisión apunta a desprenderse de casi el 45% de las acciones de la compañía y abrir el juego a los actores privados. Ver IProfesional













