Roche se desprendió de sus medicinas de venta libre y ahora está focalizada en soluciones para el tratamiento del cáncer. Merck Química abrió una división en el país y Rontag volvió al ruedo con sus marcas

Redoxon y Supradyn ya fueron para los planes estratégicos de Roche. En los últimos años, laboratorio suizo que tradicionalmente fue el que sumó más ventas en la Argentina se convirtió en líder mundial en el campo del tratamiento de las enfermedades oncológicas. La empresa ya contrató a una agencia de relaciones públicas en el país para desembarcar el 2005 con su producto Avastin, para el cáncer colorrectal.

El alemán Schering AG presentó su programa Focus, una revisión de sus aspectos estratégicos y operacionales. Afirman que se enfocarán en cuatro grandes divisiones con prometedoras expectativas y «la oncología será para Schering un segmento de negocio importante con un atractivo potencial de crecimiento«. Los alemanes de Merck Química también encontraron interesante este nicho y abrieron su división en el país. El primer producto que lanzaron fue Erbitux, para el cáncer colorrectal.

Otro que realizó su movida fue Pfizer, el número uno a nivel mundial. La empresa le delegó la promoción de sus marcas, que ya tienen copias en el mercado, al local Gobbi Novag, que a su vez entró con una participación accionaria en la planta de Schering AG. Mientras tanto, Pfizer se alista para sacar nuevos productos en 2006 y 2007.

Los norteamericanos de Eli Lilly son otros de los que están apostando fuerte. Para 2005 tienen previsto lanzar Alimta, un producto superespecífico. Semanas atrás, la ANMAT le aprobó su marca Gemtro para cáncer de mama.

Los ingresos

En conjunto, los oncológicos representan 60% de la facturación de los medicamentos clasificados como especiales para el PAMI, en total $6,5 M mensuales. Se estima que podrían sumar $240 M anuales para el total mercado.

Además de Pfizer, Sandoz, Aventis, Kampel Martian, Novartis y Raffo, los principales jugadores de oncológicos en la Argentina, hay un player clave que es el local Rontag -el cual le había vendido su cartera de onco a Pharmacia en 1998. Hoy es el principal tercerista y salió nuevamente al ruedo con línea propia.

A su vez, en Entre Ríos se destaca Eriochem, en cuya planta entró con una participación minoritaria Sandoz, del grupo Novartis. Su especialización son los inyectables que también exportan hacia Europa. Los oncológicos además resultaron tentadores para inversores españoles, que adquirieron el laboratorio local Filaxis en 2003.

Entre todos los grandes monstruos, hay lugar para pequeños emprendimientos. El local Servycal, que lanzó sus primeros productos en 2002 y hoy maneja 13 marcas. A su vez, exportan a varios países de la región.

La tentación del negocio

Los motivos por el que hay tantos interesados en este segmento se deben por un lado a que, localmente, este tipo de medicinas recibe el 100% de cobertura por parte de la seguridad social y del Estado. Este es el único país de América latina en el que se da este caso. A su vez, el precio de los oncológicos se instala muy por encima de la media del mercado. Algunas marcas costaban u$s15 mil por ciclo mensual de tratamiento antes de la devaluación.

Por otra parte, las multis están muy abocadas a realizar nuevas investigaciones en este campo que está en creciente expansión por el aumento de la esperanza de vida. De esta forma, los nuevos desarrollos gozan de protección de patente y tienen asegurado su monopolio por lo menos por una década.

Por caso, Novartis sacó al mercado Glivec, una droga innovadora que no tiene copia en el mercado local y la misma ya fue incluida en la última licitación del Banco Nacional de Drogas.

Por Cristina Kroll

 

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