La Cámara de Diputados convocó hace casi dos meses a los representantes de Pfizer y Richmond para dar explicaciones. Sin embargo, el laboratorio AstraZeneca, -que no cumplimentó con el trato firmado en noviembre pasadozafó de dar explicaciones. Su gerente general local, Agustín Lamas, se mantiene indemne del cuestionamiento público. Al momento, no se completó ni siquiera el 50% del contrato.

El Parlamento argentino tiene hijos y entenados. Del segundo grupo pareciera que forman parte el laboratorio norteamericano Pfizer y el nacional Richmond.

Esto es porque casi dos meses atrás sus representantes, el médico Nicolás Vaquer y el titular de Richmond, Marcelo Figueiras, tuvieron que presentarse ante la Cámara Baja a fin de dar explicaciones híper detalladas acerca de su rol a la provisión de vacunas anti COVID-19.

Los diputados presentes realizaron en la jornada del martes 8 de junio una batería de preguntas súper afilada que puso a los disertantes entre las cuerdas. Ambos ejecutivos se vieron obligados a responder preguntas de diverso tenor, tales como las relativas a supuestos pedidos indebidos de pagos a Pfizer o en qué instalaciones se realizaron los lotes piloto de la Sputnik V en la Argentina. Ver artículo «Figueiras y Vaquer al Congreso, informe». 

En ese ámbito y al terminar la reunión vía zoom, el propio presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, había indicado que «para los próximos días» se convocaría a los representantes del laboratorio AstraZeneca y de la alianza COVAX. Sin embargo, dicha reunión nunca se materializó. Y era justo en la reunión en que cabían las explicaciones más relevantes.

Esto es porque el laboratorio británico, encabezado en el país por el argentino Agustín Lamas, nunca cumplimentó el contrato, firmado en noviembre del año pasado y por el que se estableció que la Argentina recibiría 22 millones de unidades de la vacuna fabricada en la región. Según el seguimiento realizado por Pharmabiz, al momento, Argentina todavía no recepcionó ni siquiera el 50% de lo establecido.

El último arribo llegó al país el lunes 26 de julio, trayendo una carga de 800 mil unidades. Se trató del noveno vuelo que transportó vacunas de este origen y a cuentagotas. El primero había llegado el viernes 25 de junio. De modo que en un mes apenas se llegó a cubrir el 45,9% de lo establecidoVer artículo «AZ firmó su acuerdo por vacuna, Argentina».

A pesar de esto, el gerente general de Argentina, Agustín Lamas, que asumió al frente de la filial hace casi cuatro años, sale indemne de las críticas y del cuestionamiento público. Los medios de comunicación masivos, en cambio, han realizado infinidad de informes y entrevistas sobre todos los pormenores relativos al desempeño de Richmond y la Sputnik V. En paralelo también, se puso el ojo en los vaivenes con Pfizer y se deshilvanaron decenas de argumentos relativos al acuerdo.

De hecho, la semana pasada, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, fue a golpear directamente una puerta en Londres. La funcionaria se reunió -según lo informado oficialmente- con el vicepresidente ejecutivo de AstraZeneca, Menelao Pangalos. Se deslizó que en dicha reunión Argentina habría ofrecido realizar el proceso de envasado. Claro que esta opción, de ser cierta, queda totalmente fuera de timming. Desde el principio,  el traslado de la materia prima de un extremo al otro del continente se vislumbraba como una idea poco operativa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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