Decidieron limitar las habilitaciones. Consecuencia de la irrupción de grandes cadenas. Desde 2002 se incrementaron los pedidos de aperturas. Quieren una distribución más racional. Pondrán más requisitos para instalar nuevas farmacias. ¿Quién alguna vez no necesitó comprar un medicamento y debió deambular mucho tiempo por su barrio antes de conseguir una farmacia? En otras zonas, en cambio, hay dos en una misma cuadra.

Ante ese cuadro, el Ministerio de Salud de la Nación dijo basta. Según su opinión, el caudal de trámites para habilitar nuevos establecimientos “ha mostrado un considerable incremento desde mediados de 2002 a la fecha”.

Por eso, desde esa cartera, se resolvió ahora que se evaluará con detenimiento cada pedido de apertura y sólo podrán levantar las persianas las farmacias que las autoridades crean convenientes.

El Ministerio dijo que priorizará las inauguraciones en las zonas donde el servicio resulte deficiente “tendiendo a asegurar el acceso de todos los habitantes en forma equitativa a la medicación”.

La razón de la decisión se basaría en que las zonas de mayor circulación de clientes y también las de mayor poder adquisitivo están en el centro de las inversiones de las grandes cadenas del sector. Sin embargo, los barrios más pobres tienen una cantidad de farmacias por debajo de la media, según las autoridades del área.

Efectos

La resolución del Gobierno se tradujo en un freno inmediato a los planes de aperturas que tenían programadas todas las grandes cadenas que operan en el país. Es el caso de la cadena mexicana “Dr. Simi” para tres locales que planea abrir: uno en Las Heras y Austria, otro en Córdoba y Cerrito y al 7100 de Rivadavia.

Su principal competidor “Dr. Ahorro” está en la misma situación. El gerente de una de esas cadenas dijo a Infobae: “A los empleados los tenemos que contratar y capacitar como mínimo cuatro meses antes de cada apertura y también hay que cerrar el contrato de alquiler y poner a punto el local. Para los empresarios resulta “insólito” que la resolución tenga carácter retroactivo, ya que también frenó los trámites que ya habían sido iniciados. “El único perjudicado es el consumidor, que no tiene la chance de acceder a mejores precios a raíz de la competencia que se genera entre las empresas que batallan entre sí por mejores servicios y condiciones hacia el cliente”, agregaron.

Desde Asofar -una de las cámaras que en la capital agrupa a los propietarios de farmacias– dicen que si bien recibieron con agrado la decisión, entienden que es sólo un “paliativo”, ya que la apuesta es que la Cámara de Diputados apruebe la ley de ejercicio de la profesión farmacéutica, para que se regule tanto el tema de quién puede ser propietario de una farmacia como cuál es la distancia mínima entre las nuevas farmacias a instalarse.

Capital

También lo están intentando en la Legislatura porteña a través de un proyecto que presentó la diputada Laura Moresi, de extracción ibarrista. Algunos de los argumentos que esgrimen es que la Ciudad de Buenos Aires es hoy el territorio que concentra mayor índice de farmacias según la cantidad de habitantes.

Quejas de los chicos

Los minoristas afirman que no quieren imitar al modelo chileno, donde tres cadenas de farmacias dominan el mercado y terminan fijando los precios al consumidor, el principal foco de conflicto se centra en la Ciudad de Buenos Aires, donde está la mayor concentración.

Por Cristina Kroll

 

Palabras clave: Retail, Limitaciones, Minoristas

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