La norteamericana Revlon, que en la Argentina permanece bajo el mando de Fernando Suban se acogió a la capítulo 11 de la ley de quiebras en Estados Unidos. La dueña de Charly dirime su futuro con los bolsillos secos.

La industria de la cosmética se vio fuertemente afectada durante la pandemia del COVID-19, en función de las restricciones a la circulación. También por la caída de las reuniones sociales y las limitaciones en el funcionamiento de los negocios del rubro.

Este conjunto de razones afectaron de forma directa en todas las compañías del sector, y la norteamericana Revlon no fue la excepción. Fue como corolario de esto esto, que la multi, se subió esta semana al capítulo 11 de la ley de quiebras de los Estados Unidos. Ver Press Release.

Según explicó la compañía, esta decisión, le permitirá reorganizar estratégicamente su estructura de capital heredada, así como mejorar su perspectiva a largo plazo, especialmente en medio de las restricciones a la liquidez provocadas por los continuos desafíos globales, incluida la interrupción de la cadena de suministro y el aumento de la inflación, así como las obligaciones con sus acreedores.

Al recibir la aprobación judicial, la Compañía apunta a recibir u$s 575 millones en financiamiento de deudor en posesión («DIP») de su base de acreedores existente, que además de su línea de capital de trabajo existente.

La multi aclaró que ninguna de sus unidades internacionales, excepto Canadá y el Reino Unido, son parte de los procedimientos de bancarrota. Y que esto no implica una liquidación, sino un reacomodamiento de sus deudas. En América Latina, la empresa tiene filiales en México, Brasil, Argentina y Perú. En el resto opera mediante distribuidores.

 

 

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