A través de un decreto, el Poder Ejecutivo dispuso la creación de la Comisión Nacional de Bioética en el ámbito del Ministerio de Salud. La medida tiene como objetivo la conformación de un órgano único que asesore al Estado en temas éticos vinculados a la salud, la investigación científica y la incorporación de nuevas tecnologías.

El presidente Javier Milei ordenó la disolución de la Comisión Nacional de Ética Biomédica, creada en 1998 bajo el gobierno de Carlos Menem. Según los considerandos del decreto 893 publicado este jueves en el Boletín oficial, durante su vigencia esta no logró funcionar de manera efectiva ni cumplir plenamente con los objetivos para los que había sido concebida. Ver Boletín Oficial.

En su reemplazo, el Poder Ejecutivo dispuso la creación de Comisión Nacional de Bioética que actuará bajo la órbita de la cartera sanitaria que conduce Mario Lugones. Con la creación de un organismo único y consolidado, con competencias definidas y legitimidad institucional, el Gobierno busca favorecer el cumplimiento de los principios éticos internacionales en investigación en salud y brindar mayor transparencia.

El nuevo órgano tendrá distintas funciones, entre ellas brindar asesoramiento sobre temas específicos de bioética; y otros relacionados con la investigación clínica, la calidad de la atención médica y la humanización de la medicina.

Por otro lado, la Comisión podrá acreditar a los Comités de Ética en Investigación (CEI) de instituciones nacionales que no cuenten con acreditación provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con esto, busca unificar criterios y evitar superposiciones entre jurisdicciones.

Otros de sus objetivos es la difusión de documentos, recomendaciones y estudios elaborados por la Comisión, así como la promoción de centros de información y documentación que sistematicen el conocimiento científico vinculado a la bioética.

La Comisión Nacional de Bioética estará presidida por el ministro de Salud y contará con seis miembros titulares y tres suplentes, todos ellos con funciones ad honorem. Estos deberán ser expertos en ética; especialistas del ámbito sanitario; personas que representen los intereses y preocupaciones de la comunidad, en especial de los grupos de personas que participan o puedan participar en investigaciones en salud; y expertos de diversas disciplinas como Derecho, Filosofía, Antropología, Economía, entre otras.

El ministro de Salud actuará como presidente de la Comisión y en tal carácter designará a los miembros según procedimientos debidamente publicitados que garanticen independencia, transparencia y elección en función de antecedentes y de idoneidad por un período de cuatro años con posibilidad de renovación por igual período.

El presidente de la Comisión tendrá a su cargo la aprobación del reglamento interno y la designación de un secretario, un secretario alterno y un asesor legal, también con carácter ad honorem. Asimismo, podrá invitar a participar de las reuniones a entidades académicas, científicas y profesionales cuando lo considere pertinente.

Uno de los ejes centrales del nuevo esquema es la creación del Consejo Federal Asesor de Ética en Investigación, que estará integrado por representantes de los comités provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que adhieran a la iniciativa.

El mencionado Consejo tendrá funciones estratégicas, como la acreditación de comités de ética, el análisis de realidades locales, la promoción del intercambio de buenas prácticas y la actuación como instancia de referencia ante dilemas éticos complejos que involucren a más de una jurisdicción.

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