En una semana donde las internas de palacio se llevaron todos los flashes, las variables económicas respondieron al runrún político. El sector privado se muestra preocupado ante la incertidumbre y la indefinición de los interlocutores. Todas las partes miran al escenario electoral de noviembre.

Los cimbronazos que tuvo el gobierno durante esta semana se vieron reflejados en un detallado artículo del periodista Eduardo Aulicino en Infobae. Allí se explica que tras la derrota en las PASO, el presidente Alberto Fernández intentó resistir cambios inmediatos en su equipo con actos de campaña y anuncios. Sin embargo, a partir del miércoles comenzó la tensión y Cristina Kirchner terminó forzando desplazamientos y designaciones de ministros. Según el artículo, la vice se anotó un triunfo con costo para el Presidente, camino a las elecciones de noviembre. Ver artículo Infobae.

Las empresas productoras de bienes y servicios en tanto transitaron días complicados ante la incertidumbre y la falta de previsión sobre quiénes serán sus interlocutores en el gobierno nacional a partir de la crisis política que protagoniza el Presidente y su gabinete. Francisco Jueguen describe en La Nación bajo el título «Parálisis en las empresas: no saben con qué funcionarios sentarse a negociar«, la situación de algunos jugadores que mantienen temas pendientes que preocupan a la hora de operar, tales como los precios y la disponibilidad de insumos importados para producir. Ver artículo La Nación.

Más allá de los nombres del nuevo Gabinete también está en debate el modelo económico. En Clarín, Daniel Fernández Canedo se plantea qué pasa si se aumenta el gasto tal como solicita en su carta Cristina Fernández de Kirchner. Ante el resultado adverso en las urnas, la vice habla de una necesidad de poner dinero en el bolsillo, algo que va en contra de lo que estipuló el ministro de Economía Martín Guzmán tanto en el Presupuesto 2021 como en el 2022. Es que, según la nota, la consecuencia inmediata podría ser una aceleración de la inflación. Ver artículo Clarín.

En medio de las presiones contra los funcionarios que no funcionan, uno de los pocos ministros que salió favorecido fue justamente Guzmán, quien fue reconfirmado por la vicepresidenta al aclarar que nunca pidió su cabeza. Santiago Spaltro, en El Cronista, comenta que a pesar del aval recibido, se le pidió «romper el chanchito» y ejecutar todo el presupuesto de este año. Además, le queda una charla pendiente con Fernández de Kirchner, aunque la cita aún no tiene fecha. Ver artículo El Cronista.

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