La ANVISA quedó en el ojo de la tormenta luego de la bochornosa y sin precedentes suspensión del partido por las eliminatorias mundialistas entre Brasil y Argentina que había comenzado a disputarse en San Pablo. En un descargo público, el regulador dijo que su accionar se limitó a buscar el cumplimiento de las leyes brasileñas, que hubiera implicado la exclusión de los cuatro jugadores apuntados y el pago de las respectivas multas.

Veinticuatro horas después de haber generado uno de los escándalos más grandes en la historia del fútbol sudamericano, la ANVISA salió a fijar su posición y a explicar porque tomó la insólita decisión de interrumpir el partido entre Brasil y Argentina cuando le pelota ya había comenzado a rodar. Ver comunicado de prensa.

En un comunicado de prensa, la agencia indicó que, desde un principio y en el ejercicio de su misión legal, persiguió el cumplimiento de la legislación brasileña. En este sentido, agregó que solo buscó la «separación de los cuatro actores involucrados y la adopción de las medidas sanitarias correspondientes”.

El regulador detalló que en la tarde del sábado 3 de septiembre, en un encuentro realizado con la participación de representantes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la delegación argentina, recomendó la cuarentena de cuatro jugadores argentinos. Ello tras confirmar que estos «proporcionaron información falsa e inequívocamente incumplieron la Ordenanza Interministerial 655, de 2021, que establece que los viajeros extranjeros que hayan pasado los últimos 14 días por Sudáfrica, India y el Reino Unido no pueden ingresar al país».

En su descargo, la ANVISA puntualizó que, desde el momento en que tuvo conocimiento de la situación irregular de los cuatro jugadores argentinos provenientes del Reino Unido el mismo día que llegó la delegación, comunicó el hecho a las autoridades sanitarias brasileñas, a través del Centro de Información Estratégica de Vigilancia Sanitaria -CIEVS-.

La agencia dijo que en el mencionado encuentro, determinó que los jugadores argentinos debían cumplir con la cuarentena. Sin embargo, incluso después de la reunión y la comunicación de las autoridades, los jugadores participaron en los entrenamientos de la noche del sábado.

El domingo por la mañana, el regulador notificó a la Policía Federal y, hasta el inicio del partido, hizo un esfuerzo, con “apoyo policial, para hacer cumplir la medida de cuarentena impuesta a los jugadores, su separación inmediata y su conducción hasta la comisaría del aeropuerto”. “Los intentos fueron frustrados, desde la salida de la delegación del hotel, e incluso por un tiempo considerable antes del inicio del juego”, explicó la Agencia.

ANVISA puntualizó que la decisión de interrumpir el juego nunca fue de su competencia. En cambio, sí reconoció que el incumplimiento de las leyes brasileñas y las normas de salud del país, “requirió que la Agencia Estatal actuara en tiempo y forma”.

La delegación argentina considera que los jugadores no tenían que cumplimentar con la cuarentena debido a que un acuerdo firmado entre las 10 federaciones nacionales que participan de las eliminatorias sudamericanas exime a las delegaciones nacionales que mantengan burbujas sanitarias de cumplir con las regulaciones sanitarias locales.

El escándalo ahora sigue en los escritorios de la FIFA, como organizador de las eliminatorias del Mundial Qatar 2022. El máximo órgano del fútbol mundial deberá determinar si el partido se vuelve a jugar o si se lo da por ganado a la Argentina o a Brasil.

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Periodista especializado en finanzas y mercado de capitales.

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