La norteamericano Bristol Myers Squibb completó la adquisición de Turning Point Therapeutics por u$s 4.100 millones. Así obtendrá acceso a un pipeline que incluye repotrectinib, un inhibidor de la tirosina quinasa con el potencial de ser el mejor en su clase.

Después de llegar a un acuerdo en junio, la estadounidense BMS ya completó su adquisición de Turning Point Therapeutics, una biotech fundada en 2013 con base en California. Pa u$s 4100 millones en efectivo, comprando todas las acciones ordinarias en circulación de Turning Point a $76 por acción. Ver BMS adquirió Turning.

A través de la adquisición, la compañía que tiene como gerente general en la Argentina a BMS, Silvina Kurkdjian obtendrá acceso a una cartera de medicamentos en investigación, enfocada en las mutaciones más comunes relacionadas con la oncogénesis, el proceso por lo cual se produce el cáncer. La pieza clave para BMS es el activo repotrectinib, un inhibidor de la tirosina quinasa (TKI) que tiene el potencial de ser el mejor en su clase. Ver Press Release.

La terapia se dirige a los impulsores oncogénicos ROS1 y NTRK del cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC por sus siglas en inglés), así como a otros tumores sólidos avanzados. Recibió tres designaciones de Terapia Innovadora del regulador estadounidense, la FDA. En un ensayo clínico de Fase I/II, los pacientes tratados con repotrectinib mostraron una mayor duración de respuesta en comparación con los agentes existentes. BMS espera obtener la aprobación regulatoria para repotrectinib en EEUU en la segunda mitad de 2023 con vistas de convertirlo en un nuevo standard de atención para pacientes con NSCLC ROS1 positivo.

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