Hugo Sigman, fundador del Grupo Insud, puso en valor la industria farmacéutica nacional en un evento de la UIA. Allí, el empresario, trazó una radiografía de la balanza comercial del sector y resaltó que los medicamentos de última generación están desequilibrando las finanzas de los países en todo el mundo.

La Unión Industrial Argentina, UIA, desarrolló hoy, jueves 10 de noviembre, la conferencia Producir Transforma. Reconfiguración global y oportunidades para las cadenas de valor argentinas, la que convocó a más de 1.500 personas en el Goldencenter de la Ciudad de Buenos Aires.

En la jornada, que se desplegó desde la mañana, participó el fundador del Grupo Insud, Hugo Sigman. Fue en un panel titulado “Reconfiguración geopolítica: los desafíos de un escenario dinámico para las cadenas de valor regionales”. Allí compartió escenario con el presidente honorario de Aluar, compañía fabricante de aluminio primario, Javier Madanes Quintanilla; y fue moderado por Miguel Peirano, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior.

Allí, el empresario de la industria de farma realizó un diagnóstico del contexto internacional y señaló que «en esta reconfiguración geopolítica, se está redescubriendo la necesidad de una autonomía productiva y de suministro de materiales en todos los países”.  Sigman resaltó que en la Argentina, hay 310 laboratorios farmacéuticos, con 220 plantas productivas, lo que se traduce en un mercado que mueve u$s 12 mil millones. De esos, u$s 8500 mil millones corresponden a los productos que se venden en el canal farmacia, y u$s 3500 mil millones son productos especiales.

Asimismo, puntualizó que Argentina importa medicamentos por unos u$s 3400 millones al año, mientras que exporta u$s 900 millones. Del monto que se importa, el 84% lo realizan las empresas extranjeras, y el 16%, las nacionales. De las exportaciones, en tanto, el porcentaje es exactamente al revés. De modo que el balance comercial de las empresas argentinas es favorable, mientras que es negativo el de las empresas extranjeras, en función de que la mayoría no opera con plantas productivas en el país.

Aunque Sigman precisó que, si se pone la lupa sobre el precio de cada tipo de medicamentos, los productos de farmacia, cuestan aproximadamente u$s 10, mientras que los medicamentos especiales, u$s 110. «Este es un problema mundial y no únicamente de Argentina. Los productos de última generación, tienen un costo anual de tratamiento muy alto. Pueden costar entre u$s 50 mil y u$s 500 mil por año y por tratamiento«, detalló.

En ese contexto, se refirió a cómo afronta Argentina este problema. Señaló que en el país hay tres plantas de biotecnología: la primera que empezó fue Biosidus; luego, Amega; mientras que la tercera pertenece al grupo Insud. A estas se suma otra en construcción, del laboratorio Richmond.

Sigman aludió también a la conveniencia de importar productos desde la India. Pero rápidamente confrontó esa idea con lo sucedido en pandemia, cuando muchos países cerraron las fronteras para las exportaciones, porque pretendían atender sus necesidades. Por eso, Sigman remarcó la necesidad de tener una industria nacional fuerte. A su vez, el empresario puso blanco sobre negro respecto de un hecho al que describió como «muy curioso». Dijo que en la Argentina un producto fabricado en el país paga con todos sus impuestos un 34% de su valor; mientras que un producto importado paga el 30% de impuestos. Por esto, señaló que sería interesante revisar este tema fiscal.

También se refirió a la dificultad de tener dólares. Puntualizó que los dólares no se generan únicamente por lo que se gana exportando, sino también por lo que se ahorra como consecuencia de no importar. Remató afirmando que no hay una política fiscal adecuada que cuide a la industria nacional.

Al cierre del evento, el que participó también fue Héctor Daer, el titular del gremio de la Sanidad. Allí, el dirigente sindical indicó: “Necesariamente tenemos que encontrar el mediano y el largo plazo de un país que se desarrolle. Un desarrollo de valor agregado, de ciencia aplicada, tecnología e inclusión social”.

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