El grupo Bagó clausuró ayer el 2018 en el Hotel Alvear. Allí, frente a un amplio espectro de la industria, Sebastián Bagó se sinceró y dijo que esperaban «un año difícil aunque no tanto» a la vez que subrayó que la Argentina en el 2018 fue una gran decepción.

El laboratorio nacional Bagó celebró ayer jueves 6 de diciembre su tradicional fiesta de fin de año en el hotel Alvear. Allí y en el inicio de una noche de diciembre más fría que de costumbre fue Juan Carlos Bagó quien se hizo cargo de romper el hielo.

Súper escueto, uno de los hombres de negocios claves del sector se refirió principalmente a la flamante decisión del holding de elegir a un gerente general para el laboratorio. Así privilegió y puso en foco el hecho de que el grupo que ya tiene el músculo vivo de la tercera generación se encamina hacia una nueva etapa.

En segundo lugar, Sebastián Bagó se hizo cargo de la parte más sustanciosa de la noche. Desde el escenario realizó un repaso de la situación del mundo y de sus principales aristas. Respecto de la economía dijo que la misma sigue reptando a la vez que se observa un ascendente alarma por el hecho de que pueda surgir una burbuja de activos.

Juan Carlos Bagó también tomó el micrófono y se refirió puntualmente a la última decisión del holding de elegir a un gerente general para el laboratorio. El grupo se encamina hacia una nueva etapa claro que con el músculo vivo de la tercera generación.

También que se muestra una creciente preocupación por el factor empleo en función del avance de la tecnología, aunque aclaró que se manifiesta optimista respecto de este tema. Además hizo hincapié en el paulatino avance en materia de conexión y puntualizó que en el período 2022-2025, el total de la ciudadanía global estará interconectada.

Más tarde Sebastián Bagó se refirió al proteccionismo, al que definió como otro eje de negociación que en realidad se ha convertido más que nada en un tema de confrontación aunque de menor incidencia real en la economía. Y aventuró también que la discusión Estados Unidos-China, seguirá como un tópico de agenda.

Sebastián Bagó hizo hincapié a su vez en el costo del capital, el que afecta directamente la marcha de las empresas. Explicó que este indicador imprescindible para definir inversiones está «en un nivel que nunca me hubiera imaginado el año pasado».

Aunque lo más sustancioso llegó cuando le tocó el turno a la situación de la Argentina. Sebastián Bagó fue al grano y dijo que el país en el 2018 fue una gran decepción. Incluso puntualizó que «esperábamos un año difícil aunque no tanto».

Y de nuevo se refirió a temas generales como el déficit fiscal, los niveles de inflación, la deuda que siguió creciendo y el costo del capital. Sobre este punto que afecta directamente la marcha de las empresas, explicó que este indicador que se constituye imprescindible para definir inversiones, está «en un nivel que nunca me hubiera imaginado el año pasado».

Por último hizo un repaso por tres aristas claves: el crecimiento, la inversión y la productividad. Sobre los dos primeros dijo que están a la baja, salvo excepcionalísimos casos de inversión como el de Vaca Muerta y que no se vislumbran mejoras en un mercado que demanda menos bienes.

Al final volvió sobre el mismo punto con el que había abierto la noche su hermano. En consonancia con el otro pilar de la empresa expresó que se encuentra muy entusiasmado con esta nueva etapa para el grupo Bagó. Y aunque sin decirlo taxativamente se refirió al día uno del nuevo gerente general Edgardo Vázquez quien asumirá a partir del próximo lunes 10 de diciembre.

Créditos Fotos: Hernán Mombelli.

Artículo anteriorAbbott: nueva categoría, Nutrición
Artículo siguienteMicro Radial: las noticias en audio
Cristina Kroll
Fundadora y Directora [email protected]

DEJA UNA RESPUESTA

Escriba su comentario
Ingrese su nombre