La Cámara baja convirtió hoy en ley el nuevo marco regulatorio para la industria del cannabis medicinal. Llegaron muchas objeciones en relación a la creación de la agencia regulatoria ARICCAME por confundirse su alcance con el de la ANMAT.

El debate en la cámara de diputados en relación a una ley relativa a la industria del cannabis medicinal estuvo súper álgida durante la tarde-noche de hoy.

La mayoría de las objeciones apuntaron a poner en tela de juicio a la creación de una nueva agencia regulatoria, la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME). Diferentes diputados subrayaron la existencia de la ANMAT, del CONICET, y del INTA, como agencias que ya intervienen en parte de estos procesos. Asimismo se apuntó a la burocracia que implicaría la creación de esta nueva súper estructura.

Por caso, el diputado Luis Di Giacomo, quien es médico de profesión, y representante de Juntos Somos de Río Negro, señaló que ahora se dice que se va a abrir el juego a miles de cultivadores, a miles de puestos de trabajo. Y dijo que tal excedente que se va a  generar se terminará yendo al consumo recreativo.

La diputada Graciela Camaño de Identidad Bonaerense, remarcó que esta nueva ley intenta abrir el camino al cultivo y a la producción en el nivel industrial, lo que dijo, obliga a pensar que no se trata de una normativa con propósitos de beneficios para la salud. Y enfatizó que no se trata de un commodity más, como podría ser cualquier ceral, o cualquier materia prima involucrada. También subrayó que según las estimaciones del Ministerio de Producción, el mercado interno alcanzaría u$s 500 millones. Dijo que se supone que con el cannabis medicinal «hacemos medicamentos y cremas«. Por esto dedujo que «vamos a encremar a toda la Argentina«.

Ana Gaillard, del Frente de Todos de Entre Ríos, refirió que la ley 27.350 fue una ley a medias, porque el gobierno de ese entonces, determinó mediante el decreto reglamentario que el cannabis era solo para la epilepsia refractaria, y a su vez se indicaba que los laboratorios públicos nucleados en la ANLAP iban a promover la producción pública. Pero Gaillar dijo, «nunca se reglamentó».

La iniciativa había tenido su primera media sanción en el Senado. Y así, por 155 votos afirmativos, 56 negativos y 19 abstenciones se crea el marco normativo para la producción del cannabis, sus semillas y sus derivados con uso industrial y medicinal -incluyendo la investigación científica-. Ver Dictamen.

Según se detalló en el documento que se debatió uno de los objetivos es «establecer un marco legal que autorice, -a través de un fuerte esquema regulatorio-, las etapas de siembra, cultivo, cosecha, producción, almacenamiento, transporte, comercialización, importación, exportación y posesión de semillas de cannabis, de la planta de cannabis y de sus derivados«.

Además de la ley aprobada hoy, coexiste en la Argentina, un confuso corpus normativo relacionado con esta actividad. Según el relevamiento propio realizado por Pharmabiz, hay al menos 10 normativas que regulan actividades relativas a la producción y prescripción de medicamentos en base a cannabis.

El antecedente más importante data de abril, cuando el Ministerio de Salud de la Nación formalizó una nueva categoría relativa al uso de estos productos, definida como «productos vegetales«. Son aquellos sobre los que no hay al momento estudios clínicos que convaliden ciertas indicaciones. Su prescripción correrá bajo la responsabilidad de cada profesional médico. Ver Cannabis: se crea nueva categoría.

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