El proceso de convocatoria de acreedores del laboratorio Roux-Ocefa dejó varios heridos de guerra, entre ellos sus productos que están discontinuados y sin stock en la plaza local.

El proceso de convocatoria de acreedores del nacional Roux-Ocefa dejó hecho trizas un laboratorio emblemático y con ello sus marcas y otros activos. Pharmabiz se propuso en este contexto analizar el abanico de productos discontinuados que forman parte del portafolio de la firma.

La idea es echar luz acerca del valor y la penetración de cada marca, a la vez que poner la lupa sobre las oportunidades en algunos microsegmentos.  En definitiva, poner blanco sobre negro respecto de las faltas y el abastecimiento de cara al consumidor en el punto de venta.

Hay varias joyitas que presentaban gran demanda. Tal es el caso del antinauseoso Euciton; el antihipertensivo, Coritensil; y el antialérgico Cetriler.

Las marcas que quedaron a la deriva tras el «cierre» de Roux rozan el medio centenar. Ver listado. Entre las joyitas del nacional puede consignarse el antinauseoso Euciton. Esta línea le generaba a la compañía ventas anuales por $54.3 millones. Aunque su presentación más exitosa era Euciton Reflux, que tenía enfrente a Reliverán de Gador.

Otro producto que despuntaba en el portafolio de Roux era el antihipertensivo Coritensil. El producto a base de carvedilol era el segundo más vendido de la empresa, y le devolvía una facturación anual de $44.1 millones.

Su línea parasitida Detebencil; el colirio Kalopsis, y el producto indicado para el vértigo, Travelmin, estaban entre sus productos estrella. Todos ellos encontraron microsegmentos hiper-competitivos.

Su tercera perlita era Cetriler. Este antialérgico y antihistamínico le anotaba a la compañía ventas anuales por $36 millones. Cetriler tenía media docena de competidores, entre los que sobresalen Alernix 24 de Elea, y la dupla Salvalerg y Zyrtec de GSK. El diferencial de Roux era su foco en la visita médica, lo que lo desmarcaba de quienes privilegiaban otros productos estratégicos para llegar al consultorio.

Dazolin era otro importante activo que marcaba un buen desempeño. El mismo le implicaba $22.4 millones de facturación anual. El descongestivo nasal tiene seis competidores en este segmento, en el que por caso, arriman Investi y Takeda.

La masa crítica de visitadores médicos constituyó un diferencial para la compañía. Esto hizo que fórmulas básica como Aqualane alcanzaran un lugar de preponderancia.

Su línea de piojicidas Detebencil era otra de sus perlitas. En la investigación realizada por Pharmabiz, las farmacias apuntaron que es uno de los productos del cual no disponen de reemplazo. El dato clave es que si bien el mercado está saturado de piojicidas, sobresalía su emulsión indicada para el tratamiento de la sarna, la que no encuentra su parecido dentro del mercado. Este producto a base de ivermectina es indicado no sólo en humanos sino también en salud animal.

Otro vacío fue el que dejó el colirio Kalopsis, con una facturación de $14.7 millones anuales. Roux Ocefa tenía una aceitada visita al tandem consultorio clínico-punto de venta. Ese era su principal diferencial respecto a otras compañías que no destinaban inversión en esta práctica.

Las plantas que Roux-Ocefa operaba en los barrios de Mataderos y Villa Luro están paralizadas. Para ponerse a punto requerirían una gran inversión. Al momento sólo cotizan como un activo inmobiliario.

Al resaltar sus productos claves no puede omitirse a Travelmin, indicado para el vértigo, con ventas anuales por $11.7 millones. La marca lideraba en ese microsegmento contra Audipax de Baliarda y Betarsec de Abbott. Más tarde y viendo esta ventana se sumó Otevil de Casasco.

Otras marcas que quedaron fuera de escena son Gemfibrozil, una opción para tratar los triglicéridos que le generaba ingresos por $6.08 millones al año. También el corticoide antiinflamatorio Dermizol, a base de betametasona, cuya presentación Dermizol Trío, con antibiótico y antimicótico -fórmula específica para el tratamiento de la dermatitis del conducto auditivo externo del oído-, era la que había encontrado un nichito y marcaba una facturación, de $2.6 millones.

Por último y para completar el ranking de los 10 medicamentos más vendidos hay que mencionar a Accesum, un venotónico, vasculoprotector que alcanzaba ventas anuales por $4.5 millones. Accesum competía con Terbenol de BernabóFlevomax de Elea y Dipemina de Lazar. En el pasado en este segmento resaltaba Venoruton del suizo Novartis, producto que fue discontinuado.

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