El proyecto de incentivo a la Economía del Conocimiento se convirtió en ley. La medida había conseguido la media sanción en Diputados en junio, se aplicaron modificaciones en el Senado y volvió a la Cámara Baja para su aprobación.

Con 133 votos positivos, 5 negativos y 88 abstenciones de la oposición, la «ley bio» -que propone ventajas impositivas para fomentar la Economía del Conocimiento– fue aprobada, luego de permanecer freezada desde el comienzo de este 2020. Sin embargo, todavía falta su promulgación en el Boletín Oficial.

En una reunión conjunta entre las comisiones de Comunicaciones e Informática y de Presupuesto y Hacienda se le dio dictamen de mayoría al proyecto que establece modificaciones a la ley 27.506 de “Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento”. Ver dictamen.

La norma tiene vigencia desde el 1° de enero de 2020 -para las compañías adherentes provenientes de la ley 25.922, de Promoción de la Industria del Software– y hasta el 31 de diciembre de 2029. Entre los principales cambios el bono fiscal para cancelar deudas será intransferible y los beneficios fiscales estarán segmentados según el tamaño de la empresa.

La medida había conseguido media sanción de la Cámara de Diputados en junio, luego tuvo modificaciones en el Senado y debía pasar nuevamente por la Cámara Baja para convertirse en ley con los cambios aplicados. La iniciativa tendrá vigencia retroactiva desde el 1° de enero de 2020 -para las compañías adherentes provenientes de la ley 25.922, de Promoción de la Industria del Software– y hasta el 31 de diciembre de 2029.

La norma se propuso impulsar el desarrollo de la industria del software y la exportación de servicios; la producción audiovisual en formato digital; la biotecnología; la bioinformática y la ingeniería genética. También la nanotecnología y la nanociencia; la industria aeroespacial y la satelital; y la ingeniería para la industria nuclear; entre otros rubros.

Los cambios afectarán en mayor medida a las grandes compañías, principalmente en cuanto al beneficio del Impuesto a las Ganancias, el que antes no hacía distinción por tamaño de empresa y ahora sí plantea un diferencial. Con el nuevo texto, la ventaja impositiva sería del 60% para las compañías chicas, 40% para las medianas y del 20% para las grandes.

Otras modificaciones son que el bono de crédito fiscal sobre las cargas sociales será intransferible y no se podrá aplicar contra ganancias. Según Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, los cambios «mejoran la utilización del importante esfuerzo fiscal que va a realizar el país para fomentar las actividades de la Economía del Conocimiento, tratando de que esos recursos estén debidamente orientados a las empresas que más lo necesitan”.

La ley de Economía del Conocimiento había sido gestada durante la presidencia de Mauricio Macri, y le otorgaba beneficios tributarios a las firmas biotecnológicas, entre otras. Pero a fines del año pasado, en el inicio de la nueva gestión de Alberto Fernández se dejó en stand-by para que las PyMEs sean las principales beneficiadas, alegaron desde el Poder Ejecutivo. Ver artículo.

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